En medio del papeleo de mi recién -como todas- vampírica hipoteca, el hombre me miró por encima de los documentos y me habló de la cláusula de liquidación anticipada.
A pesar de que los aires entonces no estaban aún perfumados de crisis, semejante comentario fue correspondido por mi irónica mirada de ¿qué me estás contando?, que lo del pago adelantado de la hipoteca va en el mismo saco que lo de la existencia de las hadas y lo de Adán y Eva y ya hace tiempo que no me lo creo. Es más, cuando termine con la hipoteca empezarán los primeros síntomas de chocheo y a mudarse al geriátrico.
Pero el hombre adoptó una postura digna, se estiró, contraatacó con un duelo entre sus pupilas y las mías y mostrando una pretendida actitud ofendida afirmó que era una 'posibilidad posible', y que había gente que la cancelaba con la lotería.
Así, sin más. Como si estuviera hablándome de una inversión a largo plazo con altos rendimientos fijos. En ese momento no estuve segura de si conversaba con un empleado del banco o de un bingo.
Y ahora resulta que tengo que darle la razón. No es mi caso, vaya por Dios. Pero ¡90 millones de euros! Repito: 90 millones, que son (perdonen el arraigo a nuestras viejas amigas que cundían más) casi unos 15.000 millones de pesetas. Esa es la cantidad que la lotería ha dejado los dos últimos años en Avilés.
Con la recurrente lluvia de euros por la ciudad repartida su mayoría en pellizcos, muchas hipotecas han fenecido con la consecuente alegría de sus progenitores, que han celebrado la defunción regada con champán. Y es que no importa los años que te acompañe, nunca acabas por cogerle cariño.
Por lo tanto, las hadas existen, o mejor dicho, según nos corresponde por geografía, las xanas, que como las meigas, por haberlas, haylas. Procure que se las incluyan en una de las cláusulas de su hipoteca.
A pesar de que los aires entonces no estaban aún perfumados de crisis, semejante comentario fue correspondido por mi irónica mirada de ¿qué me estás contando?, que lo del pago adelantado de la hipoteca va en el mismo saco que lo de la existencia de las hadas y lo de Adán y Eva y ya hace tiempo que no me lo creo. Es más, cuando termine con la hipoteca empezarán los primeros síntomas de chocheo y a mudarse al geriátrico.
Pero el hombre adoptó una postura digna, se estiró, contraatacó con un duelo entre sus pupilas y las mías y mostrando una pretendida actitud ofendida afirmó que era una 'posibilidad posible', y que había gente que la cancelaba con la lotería.
Así, sin más. Como si estuviera hablándome de una inversión a largo plazo con altos rendimientos fijos. En ese momento no estuve segura de si conversaba con un empleado del banco o de un bingo.
Y ahora resulta que tengo que darle la razón. No es mi caso, vaya por Dios. Pero ¡90 millones de euros! Repito: 90 millones, que son (perdonen el arraigo a nuestras viejas amigas que cundían más) casi unos 15.000 millones de pesetas. Esa es la cantidad que la lotería ha dejado los dos últimos años en Avilés.
Con la recurrente lluvia de euros por la ciudad repartida su mayoría en pellizcos, muchas hipotecas han fenecido con la consecuente alegría de sus progenitores, que han celebrado la defunción regada con champán. Y es que no importa los años que te acompañe, nunca acabas por cogerle cariño.
Por lo tanto, las hadas existen, o mejor dicho, según nos corresponde por geografía, las xanas, que como las meigas, por haberlas, haylas. Procure que se las incluyan en una de las cláusulas de su hipoteca.