Nos conocíamos de hacía poco, apenas una hora escasa. O más bien nos reconocimos después de hacía mucho. Entonces, yo era un bebé despreocupado y algo llorón, por lo que hay que perdonarme mi evidente vacío de recuerdos, y ella intentaba calmarme aneándome entre sus brazos. Y, según me contó, era un trabajo bastante arduo. Pasaron 'ta y tantos' años (para qué vamos a especificar) y allí estábamos las dos, reunidas de nuevo.
Esta vez, bajo el prisma de las letras. Lo reconozco; lo mío son las historias; la narrativa hilvanada y recolectada de la imaginación al papel. No pude resistirme. Y con todo descaro, le espeté a Marian aquello de «¿qué es poesía?». Exacto. Habéis adivinado la respuesta. «Poesía eres tú». Pero el significado de estas tres palabras era totalmente distinto al de Bécquer.
Ese tú abarca el día a día del poeta, sus experiencias como protagonista más la suma de experiencias de las vidas ajenas como espectador, sus miedos más recónditos, el sufrimiento resultado de los desgarros de la vida, las pequeñas alegrías insospechadas o todo ese bagaje de sueños que parte se cumplieron y parte se quedaron donde estaban: detrás de los ojos cerrados. Rabia, pasión, impotencia, amor, experiencia, dolor: todo ese conjunto eres tú.
De ahí proviene la fuerza con que los dedos empuñan la pluma. Este 10 de mayo, a lo largo de un tiempo demasiado corto para contener 22 espléndidos años dedicados a la poesía, por la sala del auditorio de la Casa de Cultura flotaron los poemas llenos de significados de Marian Suárez.22 voces, 22 timbres diferentes pertenecientes a amigos adquiridos en distintos momentos de una vida, artistas y no artistas de todas las edades, dieron alma a la magia de su poesía, hilvanada con la espléndida interpretación musical de Ana Fernández Pico.