Echando un vistazo a los últimos informes y estadísticas del Inem, los puestos más demandados y con más posibilidades tienen que ver con la salud, los idiomas y la informática.
La necesidad de profesionales de la salud no me extraña porque a parte del envejecimiento de la población, este año las epidemias de gripe han azotado con ganas y aumenta la proliferación de enfermedades que se acomodan en el cuerpo humano aprovechando los bajos estados de ánimo.
Los idiomas siguen siendo una asignatura pendiente y los extranjeros nos llevan ventaja: algo falla en el sistema educativo cuando persiste tantos años el mismo problema.
Y las demandas de especialistas en distintas áreas de informática seguirán en alza mientras comercio y ordenadores continúen uniendo sus fuerzas.
Aparte de estos 'clásicos', según la comunidad, encontramos las ocupaciones de difícil cobertura. Por si se animan les menciono alguna.
Peluquero de perros: el animalillo nunca protestará por como le quede el corte.
Croupier: la formación suele venir incluida; visionar varias veces la película de Robert de Niro y Sharon Stone me temo que no valdría mucho a la hora de rellenar el campo de la experiencia.
Esquilador: se demanda en la Comunidad de Madrid. Claro que no es novedad, siempre oí que en las ciudades grandes esquilaban ovejas, sobre todo a las que vienen de pueblo.
Por mi cuenta y riesgo, añado una profesión más. Los pongo en antecedentes. Pensemos en un salmón salvaje, nacido en el Nalón. Después de solventar muchas vicisitudes por el mar, vuelve a desovar donde nació. Se encontrará con la presa El Machón, que le impide el paso. Y, mientras la derriban o no, Medio Ambiente lo 'pesca' y lo traslada río arriba. Está claro que necesita un psicólogo de salmones para superar el trauma.