Secretos Del Bosque


Si por algo destaca Asturias, es por la belleza de sus bosques autóctonos resistiendo la invasión de los eucaliptos. A estos les tenía estima en la infancia porque los asociaba a los caramelos, hasta que el conocimiento de su verdadera naturaleza hizo que descendieran en la escala de mis afectos.
Tenemos tendencia a cultivar el espíritu aventurero, tomando por asalto la agencia de viajes para escoger destinos en los puntos más diversos del globo terráqueo. Y luego pasa lo que pasa. Que cuando sales, te comunicas 'a lo Tarzán' o por señas -es decir 'a lo Chita'-, presumes de viajero con kilometraje y pruebas cosas que ni sabes pronunciar, ni sabes lo que son.
En algún momento nos preguntan de dónde somos. Decir españoles es poco; además añadimos que venimos de un sitio muy verde y muy guapo en el norte: Asturias. Ni que decir tiene que semejante afirmación va acompañada de ciertas ostentaciones físicas: pecho hinchado y mirada de orgullo intercalada con otra de conmiseración porque aquel pobre ser curioso no puede hacerse idea de cómo es de hermosa nuestra tierrina.
Es entonces -y no antes-- cuando nos sueltan con ojos iluminados '¡Ah, Asturien!', rematando la estocada con el relato de su visita, por poner un ejemplo, a los tejos del concejo de Allande, que llevan viendo pasar el tiempo desde antes de que Colón empezase los viajes de largo recorrido. Y a disimular como condenados nuestra ignorancia ante el extranjero, porque aún no hemos estado allí, y probablemente es la primera noticia que tenemos. ¿Han pasado por experiencias similares?
Así que, para que dentro de un año ningún extranjero se lo cuente, en el sendero 'Regato del Pen', en Amieva, tienen la intención de instalar distintas figuras mitológicas asturianas, xanas, cuélebres, y trasgus.