Vivir Hasta El Final

Es realidad que el envejecimiento mental y a veces diría que incluso físico, está directamente relacionado con la actitud frente a la vida. Todo lo que hay en este mundo está en continuo movimiento y cuando uno no está dispuesto a cambiar y a evolucionar, empieza a arrugarse por dentro.
Cuando repites sin darte cuenta frases que has oído hace años en otras bocas, como «en mis tiempos, cuando era joven.» o «antes las cosas eran diferentes.» es ya una señal. Una manera de irse aislando poco a poco en el pasado sin disfrutar de lo que puede ofrecernos el presente. Y aunque todos tengamos a veces la sensación de que el mundo está muy mal y va a peor, en muchos aspectos ha mejorado en comparación con tiempos anteriores, sólo que ahora disponemos de más información y nos enteramos de las atrocidades primero que antes.
Observo que las personas de edad que conozco y que tienen una actitud positiva ante la vida están llenas de proyectos y se arriman a todas las nuevas tecnologías: microondas, vitrocerámica, ordenador; nada de que «yo no estoy para esas cosas».
En resumen: lo que hace a uno viejo es la pérdida de la curiosidad, un don que igual mata al gato, pero que ha hecho al ser humano ser lo que es. Tener objetivos es importante.
En Gijón, en la zona centro de San Agustín, han encontrado con sus cursos de informática para mayores una fórmula ideal: primero aprenden ellos y luego se lo transmiten en talleres a los niños. Y este año eran tantos los mayores apuntados, que más de 50 se quedaron sin plaza. Recuerdo otros talleres de veranos pasados en Gijón que han empleado la misma pauta: personas mayores compartiendo sus experiencias con los más jóvenes.
Si alguien duda de la capacidad de los mayores, viene bien recordar la banda de rock The Zimmers: 40 ancianos que lograron entrar con su primer sencillo en la lista de los top 40 inglesa en el 2007. Y quién no recuerda al 'Probe Miguel', de Triana Pura. Ya fuera de lo común: la peruana de 85 años que se lanzó en parapente el mes pasado.
30/1/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández