Renovarse o Morir

Como soy más bien de mente dispersa, es normal en mí empezar a pensar cuánto tiempo necesita un garbanzo para estar cocido y terminar elucubrando a cuantos metros de la cumbre del Himalaya no puede llevar una existencia digna un escarabajo pelotero. No me pregunten cómo paso de un punto a otro. Reconozco que para los que tengo alrededor puedo llegar a ser un poco cansina.
El otro día empecé un viaje mental de estos. El punto de partida fue un programa de sábado por la tarde de los que se supone que nadie ve por mucho que los estudios de audiencia digan lo contrario.
Hablaban del bolero y como gracias a ciertos artistas se mantiene vivo para las siguientes generaciones. Y me dio por pensar en toda la música y los instrumentos que han desaparecido porque no pudieron superar la barrera del tiempo. Renovarse o morir es la respuesta, y no esa lucha constante que mantenemos los seres humanos por conservar lo que parece que funciona, sea en política, arte, etc. de una forma avariciosamente intocable, hasta que al final muere por falta de oxígeno.
Observo que las asociaciones que surgen para conservar algo tal como está, tarde o temprano terminan desapareciendo a la vez que lo hacen sus miembros, envueltas en suspiros de melancolía y reproches por la falta de interés del resto de la humanidad.
No sucede con la gaita. Parece que todas las culturas en las que es tradición se han puesto de acuerdo y las nuevas generaciones de gaiteros saben cómo llegar al público. Y no sólo eso, incluso los más pequeños están dispuestos a aprender, como demuestran los componentes de la Banda Infantil de Gaitas La Magüeta. Que no todo va a ser locura por la guitarra eléctrica. ¿Quién iba a decir a nuestros ancestros, que un instrumento tan típico, terminaría interpretando en manos de la agrupación Villa de Xixón 'Cantando bajo la lluvia', dentro de su espectáculo 'Música en la maleta'? ¿Y qué dirían del más puro rock al ritmo de las faldas escocesas del intercéltico? Quizás, exclamarían eso de ¡Qué ye, ¿oh?!
25/9/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández

La Muerte Como Inspiración

Se piensa en incluir Avilés con su cementerio de la Carriona en la red europea de ciudades con camposantos singulares. Cuando era pequeña y visitaba un cementerio - normalmente el día de Todos los Santos -, me gustaba echar un vistazo a las tumbas más ornamentadas que invariablemente pertenecían a un conde o a un marqués.
Es curioso como este tipo de proyectos se extienden por el globo. Me refiero a que hace unos cuantos meses leí la noticia de que en El Salvador, han puesto en marcha un tour de visitas guiadas en su cementerio de los Ilustres de San Salvador. Se visita de noche (por eso del morbillo y la ambientación) y se cuentan historias sobre los muertos que alberga, o sea, a la manera de nuestras noches de leyenda histórico-temáticas, pero en versión de intriga.
3 horas de recorrido que incluyen tumbas de hace más de 100 años. Lo llaman necroturismo. Dicen que hay quien va con la esperanza de ver algún espíritu vagando por allí, pues la creencia de que vivos y muertos conviven está muy arraigada en Latinoamérica. Se puede ver en la literatura a través del realismo mágico. Digamos que la “estrella” de ese cementerio es “La Novia”, una escultura de mármol blanco que representa a Lidia Cristales de López, una desventurada joven que murió según se dice envenenada, vestida con su traje de novia al pie del altar dónde se casaba. La leyenda añade que las noches de luna llena abandona su pedestal y recorre el cementerio en busca de su amado.
El interés por la muerte es algo inherente al ser humano. En el mundo moderno aparece bajo otros disfraces como la afición a los vampiros y a los zombis. Hasta las historias de espíritus han cambiado y hay series de mucho éxito centradas en ellos. Ya no son sólo vengativos porque sí, - excepto en las películas de bajo presupuesto – ahora son hasta razonables.
De todas formas mucho le debemos al arte funerario; el Tal- Majal, las pirámides… y los museos de la muerte. Los más importantes están uno en Guanajuato, México, y otro en Palermo, Sicilia.
18/9/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández

Príncipe De Los Ladrones

Imagino que fueron inolvidables las dos últimas semanas de agosto para los ocho asturianos que participaron en el proyecto 'Robin Hood Paradise' en Heiligenhaus, Alemania.
Se trataba de un homenaje a las personas que realizan su trabajo enfocado especialmente al bienestar de la sociedad, subrayo especialmente porque todos, desde el trabajo más humilde hasta el más sofisticado, contribuyen con su esfuerzo a formar la sociedad tal como la conocemos. Bomberos, voluntarios y policía se enfrentan a menudo a situaciones dramáticas que ponen en riesgo sus vidas.
Los jóvenes participantes -italianos, franceses, polacos, ucranianos, ingleses y españoles- tomaron parte en talleres enfocados a concienciar sobre la conservación del medio ambiente. Son experiencias que no se olvidan y ayudan a darse cuenta de que la respuesta a los problemas del planeta es responsabilidad de todos porque las consecuencias las sufriremos todos.
Lo de Robin Hood, me trajo a la memoria el origen del arquero. A veces la ficción se afianza con el paso de los años hasta convertirse en algo tan familiar que resulta extraño comprobar que héroes míticos son sólo espectros creados por la imaginación popular. Tanto detalles sabemos de Arturo, Lancelot, Ginebra y los caballeros de la tabla redonda, que es difícil aceptar que su historia tiene tanta validez como la de Santa Claus. A pesar de la parte de magia que envuelve la vida de estos personajes, confunde la hábil mezcla de sus vivencias con personas y momentos históricos reales, como fueron las cruzadas en el caso de los caballeros de la tabla redonda y la lucha por la corona entre Ricardo Corazón de León y su hermano Juan en el caso de Robin Hood.
De todas formas dicen que existió un Robin Hood que vivió en los bosques como proscrito y al que Eduardo II perdonó. En el cine, uno de los primeros Robin fue interpretado por Douglas Fairbanks.
El más emblemático fue quizás el de Errol Flyn, con un traje y unas posturas que hoy reconozco... que lo acercan más a Peter Pan.
12/9/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández

La Biblioplaya

Ahora que el libro electrónico emprendió cruenta batalla contra sus hermanos mayores de tinta y palabra sobre papel, estos últimos se extienden intentando abarcar nuevos dominios, infiltrándose con más osadía en la vida cotidiana.
En las grandes ciudades es normal una media de dos horas de viaje al día en tren, autobús o metro, y en un intento de aprovechar ese tiempo 'perdido', surgieron las bibliometro, que prestan sus libros en las estaciones con la ventaja de que se pueden coger en una y devolver en otra.
La nueva ofensiva en verano, fue conquistar definitivamente las playas. Asociamos las vacaciones a la imagen de arenas blancas, una hamaca y un libro al lado. Idílico y que poco tiene que ver con la realidad, porque a la hora de la verdad con el estrés de madrugar para evitar atascos, desplegar todos los utensilios playeros (hamaca, piscina hinchable de niño, sombrilla, nevera portátil.) echarse la crema, bañarse y dormir lo que no se ha dormido por la noche, la mayoría ya se dan por satisfechos y como mucho leen el periódico.
De todas formas, por aquello de que si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña, los libros han llegado desde hace dos años en Ribadesella hasta la misma playa dispuestos a dejarse leer por todo el que quiera. Un pequeño stand con unos 200 libros a los que denominan biblioplaya distribuye gratuitamente emociones contenidas durante dos horas.
Los libros de playa se asocian a la novela romántica, a la del crimen organizado y premeditado y a la de aventuras. En general a una temática no muy sesuda; todavía no he sorprendido a nadie con el ánimo suficiente para atreverse con La Regenta a pleno sol.
Los clásicos durante años han sido Stephen King, Isabel Allende o Danielle Steel. Los últimos veranos Stieg Larsson y Stephenie Meyer toman el relevo.
Con ánimo de que la historia no quede a medias, los libros de relatos son una nueva opción a las novelas, perfectos para la playa, los 10 minutos antes de apagar las luces del dormitorio y los viajes cortos.
4/9/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS Mª José Rosete Fernández