Made In Spain

El mundo animado de los 'dibus' infantiles-juveniles a gran escala empezó a principios del siglo pasado de la mano del estadounidense Walt Disney.
El 'planeta' Disney abarca parques infantiles, libros, cadenas de televisión, productos diversos de uso diario con la marca y un largo etcétera. Y si el ratón Mickey fue la 'estrella' que ayudó a despegar a todo un imperio, para la Warner fue un perro, Rin Tin Tin, traído de Francia por un soldado norteamericano al finalizar la Primera Guerra Mundial.
Recuerdo los dibujos de mis años infantiles con el conejo Bugs Bunny y su eterna zanahoria a medio comer, dicen que basado en Groucho Marx y su eterno puro a medio fumar. Verdad o no, comparten un cierto aire sarcástico. La pose característica de Bugs Bunny mascando una zanahoria lleno de despreocupación se inspiró en Clark Gable, en una escena de 'Sucedió una noche' en la que daba cuenta de unas zanahorias 'prestadas' apoyado en una verja y hablando sin parar sobre las distintas maneras de emplear el pulgar para parar un coche.
El que no me caía especialmente bien era Super Ratón, por un problema auditivo entre los dos que me generó bastante desconfianza. Y es que cuando decía antes de la última historieta: «aún hay más» con su especial acento, yo entendía «una y más», y por eso a mis ojos quedó como un ratón de dudosa ética.
Luego arribaron en nuestras costas y también para quedarse los Teleñecos.
Siguieron las series japonesas que empezaron por Heidi y la abeja Maya hasta llegar al popular Dragon Ball.
Después de tantos años, por fin el triunfo de algo propio: Los Lunnis, 6 años en antena y con revista. Y rompiendo todas las barreras: el mundo de Pocoyó, que estuvo de visita a principios de este mes por Oviedo. Lo más gracioso es que a pesar de ser producto español (con trabajadores de varios países) triunfó en Australia, Reino Unido, Canadá, Japón y Nueva Zelanda antes de llegar a nuestras pantallas.

9/1/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete