Invento de negocios

Antiguamente proliferaban las llamadas tiendas de ultramarinos en las que se podía comprar un poco de todo. Luego los negocios se diversificaron y cada uno se especializó en un sector en particular: pinturas, electricidad, comida, ropa.
Llegaron los grandes almacenes y casi todo queda en manos de los centros comerciales, así que al resto de empresarios no les queda otra que sobrevivir inventando negocios que aún no sean del agrado de las grandes empresas. Negocios originales hay muchos; que funcionen o no es otra cosa. Depende de la persona que los lleve, de si es un negocio para pequeña o gran ciudad e incluso de que no sea 'demasiado avanzado' en el tiempo, entre otros muchos factores.
El mes pasado resultaron ganadoras de los premios de iniciativa empresarial que convoca el Ayuntamiento de Castrillón, la empresa Nenes, que ofrece ayuda a domicilio, y La Cocina de Mamá, que prepara comida para llevar. Ambas empresas están llevadas por mujeres y por casualidad -o no- , suplen necesidades que tradicionalmente estaban a cargo de la mujer y que ahora por falta de tiempo se ve imposibilitada muchas veces a llevar a cabo. Otros apuestan por ideas más arriesgadas, como Speaking Roses, que plasma fotos y mensajes en los pétalos de rosas vivas a modo de tarjeta de felicitación. Sin embargo, aunque digan que las palabras se las lleva el viento, es de agradecer que ciertas felicitaciones te las digan en vivo y en directo.
Un negocio actual es la especialización en muebles plegables. Resultado de los precios de la vivienda, estamos aprendiendo a 'convivir' más con nuestros parientes. Los que llegan a independizarse, viven en casitas Pin y Pon. Con Pin y Pon desahuciados. En ambos casos, los muebles plegables son tan útiles como las navajas multiusos. Camas que de día son un adorno en la pared o una estantería de baldas. Y lo último, baños plegables: un armario paralelo a la pared de dónde sale el wáter, la bañera o el lavabo sólo cuando se quieran usar, porque aparecen de forma independiente.
16/01/10 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete