Donde Más Duele

En estos tiempos en que todos intentan sobrevivir como sea y pequeños y grandes comercios se pelean aún más por las franjas de población que trabajan o cobran jubilación, toca agudizar el ingenio.
Baños de miel o chocolaterapia ofrecían algunos hoteles como persuasiva novedad a principios del verano. Incluso en Torazo, Cabranes, hay un hotel rural que ofrece el servicio de llevarnos desde el aeropuerto en su propio helicóptero.
Pero hay quien ataca donde más duele.
No sé si habrá hecho sus cálculos a través del calendario Zaragozano, esa pequeña revistilla que podemos encontrar en los kioskos a principios de año y que predice la meteorología de Enero a Diciembre según los métodos de nuestros abuelos.
El caso es que existe un punto vulnerable a la hora de animarse el turismo “indeciso” a pasar sus vacaciones en Asturias: la inestabilidad del tiempo.
El pensamiento de que después de pasar todo el año encerrado trabajando y perjurando, en ese mes o quince días de añoradas vacaciones, no este asegurado el sol.
De poco vale la reflexión de que el verde de alguna parte tiene que salir. A los del interior poco les conmueve el razonamiento. Quieren la combinación perfecta de playa y sol y no hay nada más que hablar.
No sé si los podríamos convencer con el argumento de que como todos los años, Asturias es la comunidad con más bares y restaurantes de toda España; así que sin sidra no se van a quedar, y si llueve, seguro que apenas unos metros más adelante encuentran un bar donde esperar a que escampe.
En fin, a lo que iba: en Piloña, el dueño del Hotel Palacio de Cutre se le ha ocurrido descontar hasta el 15% por cada día que llueva. Y además de regalo un paraguas solidario. Vaticino que el cielo de Cutre será el más observado. Y no por astrónomos precisamente.
26/09/2009 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS. María José Rosete