A Por La Colección

Recuerdo que hace unos años me hablaron de un estudio que afirmaba que los españoles tenemos tendencia a coleccionar. El comentario surgió tras charlar sobre la cantidad de coleccionables que en ciertas épocas del año salen a la venta, sobre todo en septiembre. Enciclopedias, novelas de misterio, cursos de idiomas, casitas de muñecas, relojes, minerales, revistas de ganchillo, dvds de películas de grandes actores, muñecas del mundo, semillas de plantas. Todos estos coleccionables han hecho un infierno de la vida de muchos kiosqueros, que estoy segura de que deben dedicar una hora de promedio todos los días a sacar y meter todo el tenderete. Algunos, desesperados cuando les preguntas por algún fascículo de una colección en particular, señalan con el dedo vacilante hacia una esquina diciendo eso de «búsquelo por ahí, si no lo ve es que ya no quedan.».
El ser humano emprende colecciones para todos los bolsillos y para todos los gustos.
La de coleccionar servilletas de bares y restaurantes (barata y divertida, no tienes ni que comer en el lugar) la conocí por una amiga en mi época de estudiante. Yo empecé una vez una muy discretita de posavasos y otra de marca páginas. Otros juntan botellitas con tierra de los sitios que visitan. Antiguamente se coleccionaban entradas de cine pero ahora con eso de la impresión láser, se borran con el tiempo.
Los hay que coleccionan objetos que a nadie se le ocurre como el norteamericano que en 30 años se ha creado su propio museo de tapas de wc. Otro colecciona bolsas de mareo de los aviones y otro las bolsitas de azúcar que normalmente se dan con el café.
Para los que se animen a coleccionar recuerdos de las ciudades que visitan, Avilés ofrece originales opciones; para coleccionistas son las pulseras con los edificios emblemáticos de la ciudad y las piezas de cerámica negra y azabache. Y los golosos pueden llevarse el mejor recuerdo: el del sabor de los bombones con la forma de los tres conos de la ría, las pastas de la foca de Avilés y las Niemeyitas.
4-12-2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández