Vis a Vis

La única seguridad que tenemos al nacer, es que empezamos un camino de longitud indeterminada que para todos acabará igual. El espacio comprendido entre esos dos puntos está lleno de incógnitas -a veces emocionantes, otras dolorosas- y es lo que denominamos vida, resultado de acumular experiencias.
Las posibilidades son infinitas y según nuestras decisiones, el rumbo de nuestra existencia cambia y nos aboca a resultados que nunca hubiéramos podido o querido imaginar.
Ese es el punto de partida de la novela 'Vis a vis' de Jorge de la Hidalga. Con una lograda ambientación, intercala entre una historia de amor tras los barrotes, las vicisitudes diarias de los presos en el centro penitenciario de Zuera (Zaragoza). El argumento se desarrolla en un espacio tan alternativo como real, dominado por la corrupción, el dinero y el poder detentados principalmente por toda una serie de personajes que vegetan fuera de la cárcel y que operan en apariencia indemnes a cualquier castigo.
El libro contó en su presentación con Carmen Posadas, una madrina que ya quisiera para sí cualquier autor. Destacó la construcción de los personajes, que cumplen ampliamente las expectativas del lector en cuanto a credibilidad.
Aparte de los protagonistas, el hilo conductor de la trama es la voz de Federico, un preso que relata asumiendo sobre todo el papel de observador la historia principal y otras muchas sucedáneas que se entretejen en la maraña del día a día tras las rejas.
En las últimas páginas, se recoge el vocabulario más usado normalmente en el ámbito carcelario.
El autor subrayó las dificultades de la reinserción tanto por parte del sistema como del propio preso. Algo que parece tan sencillo como asumir la propia culpa en el destino que nos toca, es fundamental.
Lo tienen muy en cuenta desde hace años y con excelentes resultados en la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE), un proyecto que se desarrolla en la cárcel de Villabona y que ayuda a los internos que lo quieran y estén dispuestos, a creer en sí mismos.
10/7/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández