El Ojo Artístico

¿Qué es lo que hace a veces que la mirada de un retrato en blanco y negro tenga más fuerza que la de uno en color?
No se trata sólo de hacer una fotografía que muestre la realidad tal como la ven nuestros ojos a través del objetivo de la cámara.
El color conturba, distrae las pupilas de la esencia, de la carga narrativa que conlleva un rostro. Entre el blanco y negro hay un arcoíris de grises que nos descubre las arrugas y marcas que conforman un mapa de vida y que explican las historias de los objetos o de las personas protagonistas.
La cámara es imparcial por sí misma, un instrumento de expresión en manos del fotógrafo que convierte el objetivo -de personalidad átona-, en una prolongación de sí mismo, en una manera de mirar el universo desde una perspectiva única. Una forma más de desnudarse frente al público, porque en todo lo que hacemos -desde la fotografía, la pintura, la música, la escritura y hasta en cómo nos peinamos (o despeinamos) los comunes mortales todas las mañanas-, está descrita nuestra personalidad, que proviene de cuna y luego se esculpe con las experiencias vividas.
En una fotografía la balanza se inclina con más o menos gracia entre tres factores: el objeto fotografiado, el carácter del fotógrafo y la mirada contemplativa del público.
El fotógrafo imprime interés en el objeto y juega con los espectadores sugiriendo a través de las imágenes. Es un buscador de historias; historias que convierte en propias y encuentra escondidas en la realidad cotidiana, cómo si sólo él entre todos los demás llevase unas gafas especiales que le permiten verlas.
La cámara ayuda a contarlas y ahí reside el arte, en abrir nuestros ojos y dejarnos atrapar por su mundo.
No soy crítico pero así entiendo el trabajo que José Ferrero desarrolla con maestría. Bien que lo demuestra desde mi punto de vista, en su última exposición: The elements, en la galería Utopía Parkway en pleno centro de Madrid. Para todos los que aún no han tenido oportunidad de disfrutarla, estará hasta el 16 julio.
3/7/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández