Narradores de la Vida

Recuerdo toparme hace tiempo con un concurso en el que pedían respuestas a una pregunta, la pregunta de la vida; la que empezó a forzar la máquina neuronal humana y nos convirtió en lo que somos. En nuestra infancia es incluso protagonista de una etapa agotadora para los adultos. Ya lo habrán adivinado, la pregunta es, ¿por qué? La respuesta ganadora fue: ¿por qué no?
Esas seis letras, acento incluido, no sólo siguen siendo la clave que impulsa ciencia y religión: de esas letras surgen millones y millones de combinaciones de palabras que intentan definir los actos del ser humano, de sumergirse en su alma para encontrar, o justificar, su existencia en cada nueva ocasión en la que rinde vasallaje a lo peor de sí mismo.
Así surgen los 'hacedores de historias', porque no sólo las cuentan: las hacen. Las historias siguen un recorrido invariable, se dibujan en la mente, cobran vida a través de la voz y sobreviven con la ayuda de las manos. Incluso un libro electrónico necesita para existir unos dedos que discurran por un teclado.
Daniel Moyano fue uno de ellos, un hacedor de historias. En sus relatos atrapa la magia de la parábola y asocia lo imposible, aportando perfiles intemporales, desentrañando la realidad: la que duele, no se olvida y además se repite en cada punto del planeta bajo distintos nombres, pero portadora del mismo sufrimiento.
No impone, narra; nuestras son las conclusiones.
Tiene en su honor una calle en Oviedo, ciudad donde impartió en los últimos años clases de literatura argentina en la Universidad. 'El trino del Diablo y otras modulaciones', presentado en Llanes el 28 de agosto recoge entre sus 'modulaciones' 6 de sus mejores relatos, incluido 'El halcón verde y la flauta maravillosa' con el que ganó el premio Juan Rulfo en 1985.
12/09/2009 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS por Mª José Rosete