La escuela de Bernardo Sopeña de Posada de Llanera tendrá los primeros alumnos de Asturias que formarán parte del proyecto 'Bebé Políglota' que comienza el año próximo. Un método diseñado para que niños menores de siete años abran su mente y su corazón 'sólo' a siete idiomas. Se pretende que de una forma divertida, los niños aprendan. A esa edad se es arcilla y la capacidad de asimilar es grande, entre otras cosas porque lo que se presenta como algo natural, la mente no lo discute y lo de «no puedo hacerlo» que es lo que nos atora a los adultos, no entra en el vocabulario infantil.
Lo incomprensible es la tendencia de pedirles un nivel alto de esfuerzo mental a los niños más pequeños, exigencia que va menguando a lo largo de los años hasta que finalmente sólo se les pide que acudan a clase. El colegio se ha convertido en una guardería que entretiene a los chavales para que los padres estén libres para trabajar y lo que deberían aprender en casa, se le pide al colegio. Eso afirman los directores, que se encuentran con que deben mejorar los hábitos alimentarios de los alumnos.
Comprendo que no tienen personal, ni dinero que lo pague, para convencer a cada niño de que se coma lo que tiene en el plato. Un niño es un niño, y cuesta explicarle que existen millones como él que ni tienen que poner sobre el plato, ni plato, pero estos datos no hacen más atractivo el brócoli. A falta de un buen apoyo de las propias familias, porque si el niño estuviera acostumbrado a comer de todo también lo haría en el colegio, lo que se necesita son expertos cocineros en el arte del camuflaje. Algunos lo logran con las pizzas vegetales y los purés. Recuerdo esconder sibilinamente a mi pobre hermana un flan en un batido al igual que hubo una temporada que mi madre me escondía un huevo crudo en el cola-cao. Palabra que bien batidito no se nota. A este paso veo en manos de la tierna e influyente madre adoptiva, es decir, la televisión, la responsabilidad de crear hábitos alimentarios a través de los 'dibus'.
24/4/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández