Gijón está de pruebas y no sólo experimenta con carpas robóticas y sistemas inéditos de ordeño; también con el proyecto 'living Car', encaminado al uso de coches eléctricos. Hace tiempo oí hablar de coches 'apañados' que andan con basura orgánica. El autor tenía patentando el 'superinvento del siglo', al menos a mí me lo parece, pero nada, no interesa. Quién es el guapo que desmonta la adicción a la gasolina sin que se resienta la economía mundial.
También hay coches normales a los que sus dueños les meten hasta el 80% de aceite de frituras, reciclado por ellos mismos. Y siguiendo con los avances tecnológicos, los japoneses presentaron un automóvil que anda con agua; 1 litro de agua, 60 minutos a 80 kilómetros por hora. Y no tiene que ser agua destilada, vale la marina. Nos vendría bien en Avilés, que estamos en la costa.
Luego están los de aire comprimido. El modelo es el resultado de los esfuerzos de una compañía francesa y otra india. Dicen que se llenaría el depósito con unos 3 dólares. Y un invento que un grupo de ingenieros ingleses dieron a conocer en mayo: un coche con carrocería de fibras de patata, ruedas con raíces de zanahoria y asientos de semillas de soja. Para rematar, el combustible esta derivado del chocolate. Y alcanza los 230 kilómetros por hora. Ya sabía yo que el chocolate era afrodisiaco y antidepresivo, por eso con este combustible el coche debe correr tanto...
¿Imaginan una gasolinera con surtidores de chocolate? A lo mejor hasta habría distinciones; surtidores de chocolate blanco y del negro con más o menos concentración de cacao. De todos ellos creo que finalmente me decanto, aunque sea un rasgo de infantilidad, por Kit, el Coche Fantástico, que además de sacarte de apuros, te hace de psicólogo.
24/10/2009 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS, María José Rosete