Papel contra Bits

En una entrevista hecha al librero de Azuzel, además de hablar sobre el panorama de las letras en Asturias, se hace referencia a la controvertida discusión que se mantiene desde hace años entre la hegemonía del papel y el auge del e-book, los libros del futuro. Soy defensora del libro de papel, no hay como disfrutar relajando la mirada por veredas hechas de tinta, un placer personal sobre todo para los que estamos acostumbrados desde la infancia. Pero hay que reconocer que el e-book ofrece ventajas en la vida moderna de las que carece el tradicional. Se gana en rapidez, en disponibilidad y en comodidad, puesto que se pueden adquirir desde casa o desde cualquier sitio en que estemos conectados a internet. Podemos estar de veraneo en cualquier pueblo de la Conchinchina, sin librerías y sin quioscos, y sin embargo disponer del servicio que nos daría la biblioteca más grande del mundo. La cantidad de títulos a los que puede accederse es casi infinita, y no hay que esperar a una posible o dudosa reedición para gozar de ellos. No ocupan tanto espacio y además el libro electrónico se puede llevar incluso en el bolsillo, porque hay que reconocer que muchos lectores son, sobre todo en la gran ciudad, lectores del transporte; lectores de autobús o de metro que aprovechan el tiempo muerto del desplazamiento para hacer algo positivo y disfrutar del placer de la lectura.
A pesar de todas las ventajas el libro de siempre tiene algo insustituible, y lo interesante es la convivencia de ambos medios. Pero si me preguntan por el futuro, afirmo que por mucho que se quiera evitar, es de los e-books. No lo digo influenciada por ardor científico ni supuestas visiones futuristas. Es que los libros están hechos de papel, y por mucho que duela, los árboles son el pulmón del planeta y llegará un momento que no habrá recursos suficientes. Imagino que entonces los libros físicos subirán como el kilo de angula y por razones económicas y de supervivencia, nos adaptaremos irremediablemente al medio electrónico.
29/5/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández

Alcohol y Risas

Por la sugerente cercanía de la fiesta de La Folixa el mes pasado en Mieres, la Concejalía de Salud del Ayuntamiento instaló un puesto de control de alcoholemia voluntario, a disposición ciudadana para concienciar sobre el consumo de alcohol.
Aunque más suena, a nivel práctico, para valorar por parte del personal cuántas cañas se puede tomar sin que le multen. Lo del alcohol es algo que llevamos realmente mal en este país, con una serie de ideas asociadas incompresibles al raciocinio. Todavía tengo en mente las palabras de un adulto y bien adulto cuando en medio de las risas por las bromas mutuas en un grupo, salta: «jolín lo que nos estamos riendo y ni siquiera estamos bebidos». Pues vaya.
Parece que hay una conexión directa entre pasárselo bien y alcohol. Desde luego que una cervecita o dos, o lo que el cuerpo de cada uno admita según su estructura sin alterarla, alegran el alma de vez en cuando; pero no creo que sea imprescindible para lograr la felicidad. Sigue en boga ese tipo de alcohólico que surgió hace unos años: el de fin de semana que se reserva hasta el viernes para empezar una maratón que no acaba hasta el domingo por la noche.
El que no entra al juego es un rancio que no sabe estar en convivencia, un ser aburrido que queda relegado al mundo infantil del café y del refresco y no sabe divertirse.
Porque vaya si hay presión para que se consuma, debe ser como en Fuenteovejuna: todos a una. Si dentro de ciertos grupos se anexiona alguien nuevo, la manera de integrarse es a base de beber, y lo mejor que te puede pasar es ponerte 'ciego' a copas y llegar al día siguiente a casa (cuidadín en ese punto, porque alguien que mola, hasta las seis de la mañana como mínimo no vuelve a casa).
Precisamente otro tipo de conversaciones que oigo a menudo es eso de: «jolín, te acuerdas de aquella noche, que bien lo pasamos y que mala me puse, me la pasé vomitando y al día siguiente no podía ni levantarme de la cama».
Desde mi punto de vista, juergas como esas, tan divertidas, me las intento ahorrar todas.
222/5/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS por María José Rosete

Hórreos Viajeros

En Gijón se han puesto a subasta a través de web 10 hórreos y paneras. Sorprende que algo tan típico se venda a través de un medio tan moderno como internet. Como requisito, pedían acreditar la propiedad de un terreno para poder ubicarlo de nuevo; y es que los hórreos, tan asociados a nuestro paisaje, terminarán teniendo más vidas que los gatos. Alguno me ha tocado ver completamente restaurado, precioso por fuera con sus panoyas barnizadas de adorno colgadas por las paredes de madera y convertido en vivienda por dentro. Eso sí que es darles una segunda vida aunando el pasado con el presente por medio del cambio funcional.
Desde aquí lanzo también esa idea, porque considero que sería interesante a nivel turístico, relanzarlos como 'apartamentos' rurales. Para todos aquellos que les guste algo especial, pasar un fin de semana en un hórreo asturiano puede ser interesante.
Además los hórreos no son algo extraño para el norte de España y tampoco para muchas zonas de Europa, en las que se existieron en tiempos pasados muchas construcciones parecidas con el mismo fin, conservar el grano y los alimentos; sólo que hoy en día en Asturias y en Galicia es donde se conservan más.
Parece ser que armarlo y desarmarlo, (otra cosa es el transporte), no es muy difícil, porque al menos los más primitivos no empleaban clavos metálicos en su construcción. Y al estar alzados sobre el terreno por medio de sus patas, no entran en contacto con la humedad de la tierra, ni con los ratones. que es en realidad el fin principal por el que comenzaron a construirse.
Desde luego transportar un hórreo debe ser más fácil que transportar castillos. En la era de los primeros multimillonarios americanos, cuando aquello de «en América todo es posible», William Randolph Hearst, al que se le atribuye la invención de la prensa amarilla y quién sirvió de inspiración para Ciudadano Kane, compró el Monasterio Cisterciense de Santa María en Segovia y se lo llevó desmontado en piezas a New York. Nuestros hórreos viajaran menos.
15/5/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS por María José Rosete Fernández.

Humor Para Todos

Entre robos y los ecos de la crisis que nos ahogan el ánimo, me he decidido por concentrar mis esfuerzos en escribir algo que al menos dibuje una sonrisa. Empezaremos por algo dulce, a lo Mary Poppins, recordando que este fin de semana es muy goloso gracias al 'Sweet Llambión' en el palacio de Camposagrado, donde se presentan nuevos dulces para agradar al paladar de todos.
Ahora ya tenemos un buen sabor de boca, y para demostrar que de todo se puede reír uno en la vida, nos concentraremos en esos guiños póstumos de aquellos que ni la muerte se toman en serio.
Dicen que Groucho Marx grabó en su tumba aquello de «Perdonen que no me levante», y por mi parte estaría muy bien perdonado, pero a pesar de ser un epitafio famoso no está en la tumba del humorista.
Miguel Mihura, escritor de comedias, se puso uno vengativo: «Ya decía yo que ese médico no valía mucho».
Lo gana el del poeta Heinrich Heine, que dejó su legado a su viuda, con la condición de que se casase de nuevo porque «al menos así habrá un hombre al que le pese mi muerte». Mira que simpático. O a lo mejor pretendía todo lo contrario, que nadie se atreviera a casarse con ella después de semejante publicidad.
El marqués de Sade fue fiel a su estilo: «Si no viví más, es porque no me dio tiempo». Pues no sé que más le quedaría a este señor por hacer. Mario Moreno, Cantiflas, se puso un «parece que se ha ido, pero no», no sé exactamente qué es lo que pretendía generar, si una sonrisa o inquietud.
Molière, famoso cómico, no iba a ser menos y corona su tumba con: «Aquí yace Molière, rey de los actores. En estos momentos hace de muerto, y de verdad que lo hace bien». Pues ya lleva tiempo conteniendo el aliento. Y uno más simpático aún: «Eso es todo amigos», de Mel Blanc, el hombre de las 1.000 voces, doblador de Bugs Bunny, Porky y Piolín entre otros. Lo que está claro es que consiguen lo que anhelaban, no pasar desapercibidos para el resto de los mortales ni después de muertos, porque sus tumbas provocan de todo menos indiferencia.
8/5/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete

Sobre La Honestidad

Gijón calienta motores y prepara las playas para el verano. Además de la limpieza de la arena, se incorporan poco a poco los servicios de salvamento.
De todas formas no sólo verano es tiempo de bañistas. En Salinas hay al menos un par de personas que ya no están precisamente en los albores de su juventud y que casi todos los días del año se pegan un baño salga el sol o no. Los demás los observamos envueltos en los abrigos desde las barandillas del paseo, deseando saber de dónde sale tanta envidiable energía en pleno invierno.
En Gijón tratarán la arena de la playa con fungicidas y bactericidas. Lástima que no puedan aplicar algo contra el ladricidio playero. Con la necesidad cada vez hay más ladrones 'amateur' improvisados.
Los norteamericanos, que son amantes de estudiar el comportamiento humano (no sé con qué intenciones.), han realizado investigaciones sobre la honestidad. Les expongo sus conclusiones por si les sirve de ayuda.
En concreto, sobre la pérdida de carteras y cómo aumentar la probabilidad de que el que la encuentra, la devuelva.
El estudio, (Richard Wiseman, 59 segundos) consistió en 'soltar' varias carteras por la ciudad. Y meterles algo dentro que sugiriera que quien la había perdido, era una persona agradable. Se llenaron con cupones de descuento, tarjetas falsas de socio, en fin, cosas cotidianas. Además, se introdujeron diferentes fotografías; de un perro, de una familia feliz, de un bebé o de una pareja de ancianos de rostro afable. En otras no metió nada especial y en el resto un justificante de haber realizado una donación.
¿Adivinan cuáles se devolvieron con un porcentaje claramente superior?
Las que contenían la foto de un precioso bebé. Así que ya saben. Busquen una foto de un bebé feliz, pídanla prestada a un familiar o a un vecino (una foto real ¿eh?, nada de un bebé de película recortado de un anuncio de potitos) y así aumenten la posibilidad de que si pierden la cartera, se la devuelvan, y si se la roban, aunque sin dinero, se la regresen de todas formas.

1/05/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández