Princesas Con Escoba

Una vez escribí sobre los cuentos, sobre aquello de que la historia era siempre la misma: la de una princesa o la de una pobre trabajadora llena de sueños que no es capaz de vivir sólo de sus ilusiones y espera pacientemente a un príncipe que la rescate.
Hasta ahora muchas de las películas infantiles han sido el claro reflejo: protagonistas femeninas, valientes y arrojadas ellas, pero que necesitan del aporte masculino para resolver sus propias vidas. Quizás también mostraban el espíritu del triunfo del sueño americano que siempre nos han vendido enlatado: el del botones que acaba siendo dueño del hotel.
Pero llegó la crisis y vivir del cuento se acabo. Me refiero a la última película de Disney, 'Tiana y el sapo'. Hay príncipe, hay rana y hay beso. Hasta aquí lo de siempre. La chica trabaja sin descanso, por la noche y por el día. Inexplicablemente no duerme.
El príncipe por una vez no viene a rescatarla ni a enamorarla porque ha caído rendido a sus pies. No. Es un vago sin redimir que termina comprendiendo que a través de una vida de trabajo, también se puede ser feliz. Así que en esta película ponen al príncipe a trabajar. Que para eso estamos en el siglo XXI y ya es hora de ir preparando a las siguientes generaciones con la realidad de la vida. Sigue estando permitido soñar, pero para que los sueños se cumplan, hay que currárselo. Y luego seguir trabajando, claro.
Y ya que ponen el príncipe a trabajar, no está de más que empiece a echar una mano en casa, porque ese es otro punto pendiente que sigue en la cuerda floja. Conozco a muchos cuyo motivo para estar en pareja es que se ocupen de él. Me parece algo bastante triste. También creo que es cuestión de costumbre, quien desde pequeño lo enseñan a desenvolverse por sí solo, eso sale ganando de adulto. Además, compartir las tareas del hogar cuando ambos están trabajando fortalece más la unión y se da uno cuenta de que pertenece a un equipo. Eso es lo que necesitan el 56% de mujeres asturianas que llevan en exclusiva sus casas.
27/03/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández

Mariposeando

Desde la antigüedad se cree que la elección del nombre es muy importante; los griegos, los germanos, los chinos, los indios americanos..., los escogían con cuidado porque los consideraban portadores de las cualidades que deseaban para la persona que lo llevase.
La mayoría de las veces se elegía antes de nacer y en otras, después de que el niño diese muestras de su personalidad o de un determinado comportamiento a lo largo de su vida de adulto.
En ciertas ocasiones, parece que los padres son los peores enemigos y el nombre es un castigo al que se suma el apellido. En México han lanzado la campaña 'Mi nombre es para siempre', intentando concienciar a los padres de que un nombre es para toda la vida. Precisamente, el nombre más largo del mundo está inspirado en un poema hindú, tiene 41 letras y pertenece a un mexicano.
Otros no se matan pensando y los niños heredan los nombres de los padres, de forma que cuando se juntan más de dos generaciones en una fiesta familiar, hay que aclarar si se llama al abuelo, al padre o al hijo. Los americanos lo han arreglado con eso de Junior, dudosa condición que se puede arrastrar hasta los cincuenta y pico; hasta que el anterior 'portador' fallezca y se pase a disfrutar del nombre en propiedad.
No sólo a las personas se les pone nombre; también a los animales, y ahí la licencia para bautizar es completamente libre. Gracias al cielo, los oídos de los animales responden al sonido y su cerebro no entiende de significados.
Los hay que están predestinados. Como la vaca 'Mariposa'. No sé por qué le han puesto el nombre: resultado de un capricho intuitivo, por alguna mancha en sus cueros con dicha forma. Total; no sé si la vaca nació con un corazón ansioso por volar, o si le dieron ese nombre como castigo divino que determinaría su futuro. Porque esa vaca alpinista, ya ha volado dos veces, rescatada en Los Picos de Europa por el helicóptero de Bomberos de Asturias. Parece que no escarmienta y le está cogiendo gusto a esto de sentirse más liviana que lechera.
20/3/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández

Chuletas De Papel

La Universidad de Oviedo última los detalles de sus leyes 'anti-copieteo'. Alumno pillado, alumno expulsado del examen y un redondo cero que se lleva para su casa. O para donde quiera llevarlo, que eso es ya a su libre elección; para eso vivimos en una democracia.
Copiones y chuleteros de primera siempre los hubo en todas las clases. En esta 'profesión' lo que gana es el descaro y la confianza con que se ejecuta.
Tuve un compañero en la Universidad que se chuleteó las veinte lecciones de la asignatura de Derecho. Era un chico muy organizado y llevaba hasta un planning para acordarse en qué parte de su indumentaria había camuflado cada lección. Fue al servicio antes del examen, y tardó lo que no se quiera saber en volver, por el trabajo que le llevó 'recolocarse' entero otra vez. Hasta debajo de las lengüetas de los tenis llevaba papelitos primorosamente recortados y doblados.
Al final terminó admitiendo que no necesitó usar nada de lo que llevaba porque tanto copiarlo a letra de lectura para hormiga, más el ejercicio de síntesis, resulta que se lo había aprendido.
Uno de mis profesores disfrutaba buscando alumnos que copiasen. Se le notaba porque reía. El alumno no. Más bien lloraba. Les echaba del examen, les ponía un cero, y además ya no se podían presentar a los siguientes exámenes del curso ni a las recuperaciones. Bueno, quiero decir que por poder, se podía utilizar el derecho democrático de presentarse, pero el resultado iba a ser el mismo: seguir sumando calabazas.
En cuanto a lo de las asistencias, está bien que se tome en cuenta, más que nada porque hoy en día hay universidades en las que cuesta mucho entrar. Y si al que está estudiando allí, realmente no le interesa, hay otros esperando para ocupar el sitio. De todas formas, espero que también se tenga en cuenta la asistencia del profesor. Porque también tuve uno que ostentaba no sé cuantos cargos y se pasaba la vida de conferencia en conferencia cobrando por un sueldo de profesor universitario al que no le veíamos el pelo.
13/03/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete Fernández

Envueltos En Telas

El mundo de las telas parece infinito, y por más que la moda ha convertido el vestirse en un arte, la realidad es que la ropa surgió de la necesidad de cubrirse. Lo primero fue 'desvestir' a los animales de sus pieles. Desde entonces, el mundo ha dado mil revoluciones amparado en la vorágine de cambios cada vez más rápidos, de temporadas que varían mes a mes y de unas telas en general, a nivel de calle, cada vez peores. Digo a nivel de calle, porque como en todo, la calidad, pagándola, existe.
Nos han hecho olvidar -y nos hemos dejado -que son para satisfacer una necesidad, y ahora sólo se valora el diseño.
Pasamos de los abrigos y vestidos crecederos -esos que valían siempre a golpe mágico de vuelta de doblez y cuyas marcas de tintura iban dando fe de la añada del abrigo al igual que las subidas de los ríos en las paredes de los puentes- a unas telas llenas de bolas que se desgastan enseguida y que a cinco puestas y dos lavadoras, se distinguen poco de, como diría mi madre, una bayeta de fregar. Lo único favorable que se puede decir es que la plancha casi ha desaparecido por completo, porque es lavar y colgar a secar o porque ya te lo compras arrugado, que es el look grunge que se lleva desde hace unos años.
Aún así, casi la mitad de las prendas del mundo están elaboradas con algodón, un material natural que deja respirar la piel y muy resistente, capaz de aguantar el agua hirviendo. Por eso se usa mucho en hospitales.
Si lo analizamos con detenimiento, muchas telas, incluso las más artificiales derivadas del petróleo, como el nylon, poliéster, viscosa, tienen un origen orgánico; vienen a surgir de restos de animales y plantas muertas, que es en sí lo que es el petróleo.
De todas maneras, lo más natural y a un precio medio-razonable sigue siendo el algodón. Para el que pueda permitírselo, por ejemplo el lino, el yute y la seda. Las que seguro están confeccionadas con medios tradicionales, son las telas de las que podemos disfrutar en la exposición del CMAE hasta el 20 de marzo.
6/3/2010 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS María José Rosete