Animales

Por una vez dejo de lado a los animales bípedos para dedicarles unas líneas al resto. Y es que este verano que termina, ha sido 'muy animal'.
El famoso triángulo amoroso de Paca, Tola y Furaco se resolvió a favor de Tola. Estaremos en ascuas hasta el próximo año. ¿Será la osa elegida por el destino para perpetuar su especie? ¿Veremos su 'hocico' en marzo o en mayo? Se admiten apuestas.
Un delfín se instaló en Gijón, y no fueron capaces de explicarle, que no todo el mar es océano, y además no tiene los papeles en regla para pescar dentro del Musel.
Aragón cede al Pirineo un quebrantahuesos reciclado, el pollo Segundino. Y digo reciclado, porque según las reglas de la naturaleza, le tocaba palmar bajo las garras de sus hermanos de pluma.
Tres alcaldes asturianos con terrenos en Picos de Europa piden 'purga' de lobos, porque los ganaderos no acaban de convencer a los cánidos salvajes de que sus rebaños no son un self-service. Se aprueba matar cinco ejemplares y los ecologistas afirman que es una barbaridad; calculan la existencia de sólo dos familias de unos seis lobos cada una.
Y en Castiello y Caldones se quejan de los destrozos en los cultivos de una superpoblación de jabalíes y piden también una batida.
Recuerda los yanquis con los indios. Al final ni lobos, ni jabalíes.
Desde luego se necesita una solución. ¿No se podrían trasladar los jabalíes por medio de bellotas con 'dormilina' a los Picos de Europa y que ambos -lobos y jabalíes- allá se las compongan y regulen como toda la vida?
No sé quién tiene razón y quién deja de tenerla. Pero algo pasa cuando andamos así: «Oye, ¿me prestas un oso macho, que tengo aquí dos osas de buen ver que se me están marchitando?». O «¿te sobra un pollo o dos de quebratahuesos? Es que por aquí ya no hay. Sólo vienen de vacaciones. »
19/09/2009 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS Mª José Rosete

Narradores de la Vida

Recuerdo toparme hace tiempo con un concurso en el que pedían respuestas a una pregunta, la pregunta de la vida; la que empezó a forzar la máquina neuronal humana y nos convirtió en lo que somos. En nuestra infancia es incluso protagonista de una etapa agotadora para los adultos. Ya lo habrán adivinado, la pregunta es, ¿por qué? La respuesta ganadora fue: ¿por qué no?
Esas seis letras, acento incluido, no sólo siguen siendo la clave que impulsa ciencia y religión: de esas letras surgen millones y millones de combinaciones de palabras que intentan definir los actos del ser humano, de sumergirse en su alma para encontrar, o justificar, su existencia en cada nueva ocasión en la que rinde vasallaje a lo peor de sí mismo.
Así surgen los 'hacedores de historias', porque no sólo las cuentan: las hacen. Las historias siguen un recorrido invariable, se dibujan en la mente, cobran vida a través de la voz y sobreviven con la ayuda de las manos. Incluso un libro electrónico necesita para existir unos dedos que discurran por un teclado.
Daniel Moyano fue uno de ellos, un hacedor de historias. En sus relatos atrapa la magia de la parábola y asocia lo imposible, aportando perfiles intemporales, desentrañando la realidad: la que duele, no se olvida y además se repite en cada punto del planeta bajo distintos nombres, pero portadora del mismo sufrimiento.
No impone, narra; nuestras son las conclusiones.
Tiene en su honor una calle en Oviedo, ciudad donde impartió en los últimos años clases de literatura argentina en la Universidad. 'El trino del Diablo y otras modulaciones', presentado en Llanes el 28 de agosto recoge entre sus 'modulaciones' 6 de sus mejores relatos, incluido 'El halcón verde y la flauta maravillosa' con el que ganó el premio Juan Rulfo en 1985.
12/09/2009 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS por Mª José Rosete

Irse de Sofating

Es buena la idea de tener el mundo, en vez de a tus pies, en tu sofá. Me refiero, según la noticia de LA VOZ DE AVILÉS de Cristina Álvarez, publicada hace algunas semanas, al 'couchsurfing' o por españolizarlo un poco y darle un toque de esperanto, 'sofating internacional', al que pertenecen 37 sofás avilesinos.
A la cama se le tiene mucho cariño, pero en menor proporción que al sofá, compañero inseparable y consumidor insaciable de nuestras horas de relajación.
Da juego. Es el aparato de musculación del iris más avanzado que existe: sirve para ver el fútbol, para ver películas, para ver el telediario, para ver documentales.
Pues bien, eso de hacer un recorrido por los sofás del mundo y a la vez ofrecer el tuyo, tiene por ventaja un tremendo ahorro y la oportunidad de conocer a gente cuyo interés vital es viajar simplemente por el gusto de conocer.
Y da lugar a muchas situaciones que podrían desembocar en el argumento para una película.
Como el lugar de interés es un sofá, se puede rodar una de bajo presupuesto, aunque pocas ganarían a 'Colin', la del galés Mark Price, con un gasto de menos de 50 euros. Es extraño, pero las películas que han tenido éxito y presumen de ser rodadas con apenas medios, son la mayoría de terror, de temas apocalípticos o de ciencia ficción. A lo mejor es que están hechas por personas con mucha imaginación; tanta, como para imaginar rodar todo un film con 50 euros. Y a los protas, -de origen gratuito-, no se les exige mucho: poner cara de susto y morir decentemente.
En 'Colin', el protagonista es un zombi. Pues digo, que hasta podría conseguir un patrocinador, porque el zombi no tomará ni leche ni galletas, - ¡la de marcas que nos meten en los desayunos de las series españolas, que son casi de buffet!- pero seguro que algún desodorante o colutorio necesitará.
5/09/2009 Publicado en LA VOZ DE AVILÉS Mª José Rosete